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La promesa

       Micaela está cansada, no cree que poder seguir adelante con semejante compromiso. Le pesan los años, aunque ya no sabe cuántos son exactamente. Trata de concentrarse en hacer el desayuno, sus hijos van a llegar en cualquier momento con los nietos y va a comenzar el domingo familiar. Suspira y trata de saber si le pesa más el domingo familiar, el secreto o que él no esté. “es todo lo mismo Mica, todo eso es lo mismo de siempre tarada” susurra con los ojos vidriosos.      Hace todo por inercia, ignorando el nudo que tiene en el estómago. Busca distraerse, por lo que se concentra en los olores que la rodean, tal como él se lo enseñó. “Respira Mica, siente a que huele la vida, solo eso necesitas para tener fuerzas, es lo que yo siempre hago, más en estos días” cree oír su voz diciéndolo una vez más, le hace caso e intenta descifrar los olores de su cocina. Café, lavandina y lavanda “No, la lavanda no está, solo café y lavandina, la lavanda era el olor preferido de él”, el que ella u

La soledad

  La noche me confesó, que acurrucado en sus brazos, le cuentas como la soledad es la dueña de tu vida.   Me susurró que lamentas su presencia porque ella es frío espeso, denso y certero que aleja las certezas y la alegría.   Dices  que ella  es una dama que nos trae a la vida, nos enseña cosas terribles y nos guía hasta el final.   La noche me gritó dolida que para ti, los consejos de ella, son recónditos manjares que solo un sabio del tiempo podrá degustar.   La noche y yo creemos que la soledad es tu única madre esa que no quieres pero amas cuando no está. Fue  publicado en la antología "Le´Croupier 3" de Ediciones Croupier en el año 2016.

Cuando el Infierno se Congele

       Dos amigos están sentados en un parque conversando, tratando de recuperar el ánimo que apaciguó el invierno que les tocó ese año. Esta tarde la sienten fría, gris y hablan de temas sin importancia. Como siempre la idea es acompañarse un rato, no estar tan solos.      ─Jota sabes que desde pequeño siempre escuché decir una frase muy rara, siempre la decía mi mamá, cuando el infierno se congele ─dice Pedro entre gestos de comillas.      ─No me digas jota Pedro, ya sabes no me gustan los sobrenombres ─replica José. ─Además deja el drama la frase no es rara, tú eres el raro ─comenta riendo.      ─Espera, espera, antes de que me sigas diciendo raro o loco, como siempre, déjame explicarte. Se supone que el infierno es un lugar de fuego, dónde las llamas nunca dejan de torturar a los  que llegan a sus campos y pailas. Se asume que se quemarán y sufrirán una agonía sin fin, por toda la eternidad ¿Me explico? ­─pregunta con visible interés.      ─Si, te explicas muy bien, y como ya sé a

¿Por qué te amo?

  Si cuando duermes a mi lado me desvelo cuidando tus sueños y me pierdo en tu reflejo   si cuando te vas sello tu rostro en mis recuerdos amándote en el silencio   si cuando te pienso no puedo respirar me paralizo por completo te añoro te recuerdo   si cuando estoy junto a ti no sé cómo hablarte me desespero por tocarte me duele el no besarte Fue  publicado en la antología "Le´Croupier 3" de Ediciones Croupier en el año 2016.

La historia de Pedro

En homenaje a los que callan.          Pedro suspira mientras nota como la transpiración se apropia de su cuerpo. Se mueve inquieto en la silla y chequea la hora continuamente. Mira la hoja con la única frase que ha logrado escribir: “La historia de un tipo resiliente”. Siente otra vez esa sensación de calor y repentina humedad en la cara. Enciende otro cigarrillo para alejar de nuevo las lágrimas que amenazan con desbordarlo.      ­─Escribiré esta historia hoy cuente lo que me cueste ─se dice en voz baja y frunce el ceño. Ansioso fuma con desespero buscando nuevas ideas para sobreponerse a la situación.      ­─El protagonista estará recostado en un diván mientras le cuenta a su psicoanalista sobre un recuerdo que lo atormenta, pero de pronto se ve interrumpido por otro recuerdo olvidado de esos años de infancia que vivió, le regresa el miedo, suda, aprieta las manos y la mandíbula para no llorar… ─murmura.      ─Me prohíbo llorar, no lo volveré a hacer, al menos no por eso que paso ha

El Superhéroe

     Hoy me desperté solo, mi mamá no vino a levantarme como siempre, haciéndome cosquillas y dándome besos por toda la cara. Estoy bravo porque me va a decir otra vez que soy un niño grande y por eso ya no hace las cosas que me gustan, que los niños grandes hacen esto o aquello... Pero yo no quiero ser grande, yo quiero que ella me despierte con cosquillas y besos.      No sé qué hora es, pero no está en la cocina, ¿y si salió y me dejó solo? No, debe estar dormida, es lo que hace desde que el abuelito se fue, duerme todo el día. La voy a dejar dormir y cuando se despierte le voy a decir que no soy un niño grande y que ella me tiene que despertar siempre haciéndome reír y dándome besos. Mejor la despierto ahora y se lo digo… No, mejor no. Anoche la oí llorar otra vez, estos días mi mamá ha estado muy rara, no sé que le pasa. Ya no se ríe, llora por las noches cuando me voy a mi cuarto y me acuesto a dormir. Ella no sabe que la oigo, pero no le digo nada para que no me regañe por no do

Las que tienen nombre de flor*

  ¡Bendita seas, madre mía!, que con dolor y santo amor diste luz a mis días y coronaste de arrullos mis sueños en flor. Flora Delmis - ¡Bendita seas, madre mía!          Las abuelas de Caracas suelen tener nombres de flores, o nombres fuertes, pero que son distintivos de un tiempo de oro en la historia de la ciudad. Como es usual, son oriundas de una de las zonas más tradicionales de la ciudad de techos rojos y, como buenas hijas de su época, vienen de una familia dónde las figuras maternas se dividían a razón de los hijos que existiesen. Porque no existían tías o primas, solo madres. Estas emblemáticas señoras son hermanas de algunos, madres de unos cuantos y abuelas de muchos. No todos los que las quieren son consanguíneos pero sus afectos son incontables porque, a pesar del carácter que tienen, las abuelas se hacen querer.      Llegado el momento, y siempre a temprana edad, se unen en nupcias con un inmigrante, la mayoría italianos, portugueses y españoles que huyen de la guerra, c