El Superhéroe
Hoy me desperté solo, mi mamá no vino a levantarme como siempre, haciéndome cosquillas y dándome besos por toda la cara. Estoy bravo porque me va a decir otra vez que soy un niño grande y por eso ya no hace las cosas que me gustan, que los niños grandes hacen esto o aquello... Pero yo no quiero ser grande, yo quiero que ella me despierte con cosquillas y besos.
No sé qué hora es, pero no está en la
cocina, ¿y si salió y me dejó solo? No, debe estar dormida, es lo que hace
desde que el abuelito se fue, duerme todo el día. La voy a dejar dormir y cuando
se despierte le voy a decir que no soy un niño grande y que ella me tiene que
despertar siempre haciéndome reír y dándome besos. Mejor la despierto ahora y
se lo digo… No, mejor no. Anoche la oí llorar otra vez, estos días mi mamá ha
estado muy rara, no sé que le pasa. Ya no se ríe, llora por las noches cuando me
voy a mi cuarto y me acuesto a dormir. Ella no sabe que la oigo, pero no le
digo nada para que no me regañe por no dormirme cuando me dice que lo haga.
Tampoco sale de la casa, me dijo que le
dieron días libres en el trabajo, que es como un fin de semana muy largo, yo
quiero uno de esos para no ir a la escuela y quedarme jugando y viendo tele, porque
la señora Rosa ahora es la que me lleva al colegio y me va a buscar, pero eso
no me gusta porque todos los días me dice que me porte bien, que le dé mucho
cariño a mi mamá y que la cuide, que ella necesita mucho amor. También me pregunta
cómo me siento y si estoy triste porque mi abuelito se fue al cielo, pero
siempre le digo lo mismo, que no estoy triste porque en mi colegio la maestra
me dijo que en el cielo todos son felices y están bien, y mi maestra siempre
dice la verdad porque ella sabe mucho. También le digo a la Señora Rosa que yo se
que el abuelito está con la abuelita y con pepe, mi hámster que se escapó en
enero, y que mi mamá dice que ya todos están descansando, así que no hay que
estar tristes.
Pero
nadie me cree que estoy bien, yo no me siento triste. Solo quiero ver al
abuelito, quisiera jugar con él, era muy divertido, solo se lo dije a mi
maestra y ella me contó un secreto, y es que cuando yo vaya el cielo él va a
estar esperándome, que todos los que se van estarán allí esperándome para jugar
conmigo otra vez. ¡Ya sé que puedo hacer! le voy a decir a mi mamá que en las
vacaciones vayamos al cielo un día a visitarlos, así juego con pepe y con el
abuelito y ella no llora más.
Hoy me voy a quedar todo el día con mi
mamá, ella no quiere estar sola, me lo dijo el día que no fue a trabajar más.
Yo no le dije nada, pero me aburro en la casa porque no hacemos nada, solo
vemos algo de tele, hacemos la siesta y mi mamá no deja de hablar. Dice que el
abuelo era un superhéroe, que ella lo quería mucho y que lo extraña. Yo peleo
con ella porque el abuelo no es un superhéroe, él no tenía poderes. Pero mi mamá
no me entiende y se pone brava. Ayer le conté de Superman, Batman, El hombre araña
y los X-Men, pero me decía que no, que ellos son de mentira, que son dibujitos
y no son verdad, en cambio el abuelo sí y tenía poderes. Le pregunté cuales era
los poderes del abuelo y me dijo una cosa muy graciosa, ella cree que es un
súper poder que el abuelo la cuidaba y la defendía, que la curaba con un beso y
un abrazo, que siempre la acompañaba, que cuando estaba triste él la hacía
reír, que ella siempre se sentía feliz al verlo. Yo le dije que esos no eran poderes,
porque así me sentía yo con ella, que ella hace por mí eso y no es como la
Mujer Maravilla o Tormenta o Jean. Se molestó mucho y me mandó a dormir otra
vez aunque era temprano. Y hoy no me despertó, debe seguir brava conmigo.
Tengo hambre, pero no me dejan hacer nada
en la cocina porque es peligroso, la Señora Rosa dijo ayer que iba al médico
hoy temprano y no me iba a llevar al colegio, tampoco ella me va a hacer
comida. Quiero despertar a mi mamá pero no quiero que me regañe. Tal vez si la
despierto con cosquillas y besos en la cara, como ella hace conmigo, se ría y
se ponga contenta hoy. Una vez me contó que el abuelo se lo hacía a ella y que
como le gustaba mucho por eso lo hace conmigo. Me voy a poner mi disfraz de Superman
y voy a hacer eso, cosquillas y besos y hacerla reír. No quiero que mi mamá
este triste o brava.
Estamos comiendo pan con mermelada y leche
tibia que es mi comida preferida, me la hizo mi mamá después de despertarla. Me
dio las gracias por despertarla como hacía el abuelo. Se levantó y cuando me
vio disfrazado me preguntó por qué estaba vestido así y le dije que yo era
Superman y que la iba a cuidar y a proteger para que no estuviera más triste o
brava, que no tenga miedo porque soy muy poderoso y que estaba aprendiendo a
ser un superhéroe. Se puso a llorar y me abrazó, pero me dijo que lloraba
porque estaba feliz, que ahora tenía a otro superhéroe que la iba a cuidar, que
eso la hacía sentir bien, y que yo soy igual al abuelito. Que ahora que soy un
niño grande ella puede confiar en mí y otras cosas más.
La verdad no entendí mucho lo que dijo,
pero me sentí contento porque yo también quiero mucho al abuelo y quiero ser
igual a él.
Espero que sean rápido las vacaciones para ir al cielo a contarle lo que me dijo mi mamá, y decirle que los dos tenemos poderes y que ahora podemos hacer un grupo de superhéroes que cuiden a mi mamá, a la Señora Rosa, a mi maestra y a todo el mundo para que nadie este triste otra vez. Pero tenemos que ser los dos, así cuando él quiera descansar puede ir al cielo y yo vigilo, menos cuando tenga que ir al colegio, ese rato él tiene que vigilar por mí, pero los fines de semana podemos estar juntos como hacíamos antes. Espero que el cielo no quede muy lejos para que mi plan funcione y que mi mamá no esté más triste, me gusta mucho cuando ríe, como hoy y yo también quiero poder ver al abuelito otra vez.
Fue publicado en la antología "Signos" de Ser Seres Ediciones en el año 2016.
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